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DIÁLOGOS POSTMODERNOS

Queremos ver pelis

Holocausto Caníbal: el horror hecho imagen

Holocausto Caníbal: el horror hecho imagen

Por Wilberth Herrera

 

Porque el horror nos paraliza, porque nos muestra dos vertientes: la vida y la muerte, pero, ante todo, nos asombra.

 

Las películas de horror son (y siempre han sido) una fascinación ante todo. A diferencia de otros géneros, el horror encuentra un escollo profundo en el ser y se erige como un género indispensable.

 

En estos tiempos, quizá por la ya en picada ola de terror asiático, el cine de horror-terror ha encontrado un aire nuevo, un resaltado ambiente. Atrás quedaron los 80’s con su genial producción de películas del denominado género de  espantos, y hoy más que nunca se reviven nostálgicamente con remakes algo tambaleantes. Tal vez se trate de una generación que está llegando a la madurez y en el recuerdo encuentra su alegría. Pero lo que sí es un hecho es que existen paradigmas que hoy en día se respetan.

 

La gran producción de películas de horror ha quebrantado los límites de las generaciones anteriores y subraya el gore para presentar su producto. Lamentablemente, el abuso es un mal que viene con este mismo tiempo y, muchas veces, el gore es sólo un gancho para ver ciertas películas carentes de ambiente e historia. Volviendo hacia atrás en el tiempo, uno encuentra que el gore era un elemento más sutil, un factor para despuntar un tema.

 

Dentro de aquellas películas que marcaron un hito, muy pocas pueden contener dos elementos contradictorios (ser un modelo exitoso y mantenerse como una película de culto). Holocausto Caníbal es una de esas películas que mantienen ese maravilloso dilema.

 

Es verdaderamente glorioso ver que una película tan controvertida no tenga los alcances de ser conocida como otras películas populares como Masacre en Texas o Viernes 13. Es como que se recuerde sólo porque tuvo (tiene) problemas con la ley, pero que en sí esa película es dadora de influencias.

 

Holocausto Caníbal es una película clasificada como terror, aunque yo difiero de eso. El género tendría que ser horror y nada más, terror son Viernes 13, Evil dead o Scream. El terror te hace saltar, el horror te asombra, te paraliza.

 

Holocausto Caníbal fue lanzada en 1980 y, desde la presentación, tuvo críticas dispares. Por un lado, tuvo buenas reseñas por directores reconocidos y, por otro, las revistas y críticos la despedazaron. Tal vez son estas últimas las que les dieron cierta popularidad escondida. Y es que el horror y el gore son así (elementos tan entrañables entre sí que muchas veces el horror necesita del gore para lograr su cometido), necesitan lograr una atracción casi prohibida; es parte de la naturaleza de ese sentimiento que tenemos ante lo repulsivo. Pero no sólo se quedó en las críticas. No. Esto llegó a un plano jurídico. El mismo Sergio Leone, creador de Once upon a time in America, Sodoma y Gomorra y la inolvidable El bueno, el malo y el feo, le mandó una carta al director de Holocausto Caníbal, Deodato, donde le dijo: "Querido Ruggero, ¡qué película! La segunda parte es una obra maestra de realismo cinematográfico, pero todo parece tan real que creo que te meterás en varios problemas". Y así fue.

 

hc2 por ti.

Primero, todo era tan real que Deodato tuvo el mismo problema que Hideshi Hino con sus series de Guinea Pig: su cinta fue llevada  a juicio por ser considerada snuff. Creyeron que los actores en verdad habían sido asesinados y que una mujer había sido empalada (la de la portada). Así que la película fue confiscada diez días después de su estreno en Milán y Deodato fue arrestado.

 

Dios juega bien y nos hace quedar en ridículo, pues resulta que, después de terminar la película, los actores que la habían pasado mal, firmaron un contrato en donde no aparecerían por ningún motivo, ni en presentaciones ni en comerciales por un año, desaparición que para la corte pareció una sospecha macabra. Al final, todo se comprobó, se mostraron los contratos, los actores y el cómo se simuló la empalación, porque la mujer  que utilizaron era una joven extra que no fue encontrada. Los cargos de homicidio sobre Deodato fueron retirados. Sin embargo, la matanza de animales siguió en pie porque en realidad sí fueron asesinados.

 

Pero mencionemos a los actores que aparecen en la película. Primero, el director es Ruggero Deodato, el guión es de Gianfranco Clerici y Giorgio Stegani y la banda sonora de la película fue compuesta por el genial italiano Riz Ortolani. En cuanto a los actores, Deodato contrató a pura gente egresada del Instituto "Strasberg": Luca Barbareschi, Perry Pirkanen, Carl Gabriel Yorke y Francesca Ciardi.

 

Debido a lo fuerte de la película, los actores empezaron a sentirse presionados, pues muchas veces no querían hacer una escena y Deodato los llevaba hasta el límite para que aceptaran; al respecto, Carl Yorke menciona que el set era un nivel de crueldad desconocida para él. El punto que Yorke no pudo aguantar es cuando Deodato le ordenó que matara a un cerdo; se negó y Luca Barbareschi tuvo que hacerlo. Los actores se opusieron a la muerte de los animales, pero su petición no cedió. Esto ocasionó muchos problemas para ellos, como Perry Pirkanen, quien quedó muy afectado por la parte en donde matan a una tortuga, una de las escenas más escalofriantes del cine de horror de todos los tiempos.

 

hc3 por ti.

Otra persona que sufrió mucho fue Francesca Ciardi. Ella se negó a ciertas instrucciones que Deodato le hizo en la magnífica escena de sexo con Carl Yorke. Esta parte es una joya, es una de las escenas más apocalípticas que se han realizado. En ella se ve a Carl y a Francesca en un momento de éxtasis, mientras quemaban las cabañas de los aborígenes y, entre ese festín diabólico, tienen sexo con el fuego a sus espaldas como un marco horripilante.

 

Holocausto Caníbal es, y siempre será, un referente. A pesar de la clara aportación que le hizo al cine, con su estilo documental que dio luz a películas como el Proyecto de la Bruja de Blair, Cloverfield y REC, Holocausto... se erige como un parteaguas del gore. Su difícil digestión, sus imágenes chocantes, su música adherente y sus símbolos sublimes nos dejan ver una verdadera joya del cine de culto.

 

 

 

Un demo de alta fidelidad…

Un demo de alta fidelidad…

"¿Qué apareció primero: la música o las penas? ¿Acaso escuchaba yo música pop porque era infeliz o era infeliz porque escuchaba música pop?". Con esta aguda reflexión da el primer golpe Rob Gordon, protagonista de "Alta Fidelidad" (High Fidelity, 2000), película basada en la novela británica de Nick Hornby. Con ella también hago mi formal aparición como colaborador invitado a este blog.

 

Directa, honesta, explosiva. Así es "Alta fidelidad". El filme del director Stephen Frears (Hero, Mary Reilly) nos retrata muy bien la condición humana de un melómano. La película -que se ha ganado un lugar en mi conteo personal- muestra la vida de Rob Gordon (John Cusack), un "perdedor" que valúa la importancia de sus relaciones personales a través de un Top Cinco. La vida que lleva comparando todo con música y evadiendo el compromiso, hace que su novia Laura (Iben Hjejle) lo abandone alegando que no tiene ambición y que es inmaduro. Es en este momento en que Rob hace una recapitulación de su vida con base en un hilarante Top Cinco al que da un título exagerado: "La lista suprema e indiscutible de las cinco rupturas más memorables de toda mi vida (en orden cronológico)". Con esa idea en la mente, Rob mantiene (en toda la trama) una conversación directa con el espectador cara a cara, además de mostrar que es explosivo en sus emociones y que no tiene ningún tapujo.

 

Cabe mencionar que también es dueño de una tienda de discos de vinilo llamada "Championship Vinile" donde trabaja con Barry (Jack Black) y Dick (Todd Louiso), empleados aún más adictos y obsesivos con la música. La interacción que muestran los tres es simplemente genial; sus diálogos son una daga (como bien diría una amiga). Asimismo, Gordon y sus trabajadores -al no tener muchas ventas- se dedican a hacer tops de canciones para todo: un funeral, un lunes por la mañana, lados B, one hit wonders, etc., situación que nos hace identificarnos aún más con el protagonista y sus obsesiones.

 

Ante todo, Rob Gordon es un hombre que conquista a través de compilados musicales; neurótico que puede pasar las noches de fin de semana acomodando en orden autobiográfico sus cientos de discos; parte de la genialidad de este filme se encuentra en sus diálogos llenos de arte, conocimientos y expresiones cotidianas, así como el juego entre la metáfora de la vida y la música, como el momento en que se nos muestra el punto más álgido de la decadencia del protagonista y una clienta pregunta: "¿Tienes soul?"; él responde "depende".

 

Mencionaré que Barry y Dick son los ingredientes que complementan la vida del protagonista. Una vez que Rob va desenmarañando los misterios del por qué siempre ha sido rechazado, nos damos cuenta de que la música es la que guía siempre a los personajesy da la pauta para crear atmósferas específicas.

La película cuenta con las actuaciones de John Cusack, Jack Black, Todd Louiso, Iben Hjejle (quien hace su presentación en el cine americano), Catherine Zeta-Jones, Lisa Bonet, Tim Robbins, Joan Cusack, Joelle Carter y Lily Taylor, que sin duda hacen un gran equipo gracias a la dirección del director Stephen Frears, quien se caracteriza por su visión crítica de la sociedad en general.

 

"Una comedia acerca del miedo al compromiso, odio al trabajo, enamoramiento y otras favoritas del pop", se lee en su eslogan, pero la historia va más allá del romance, el drama o la comedia: bajo los aportes personales de la música, nos muestra nuestras propias obsesiones y miedos; la necesidad de ser acompañados siempre por una melodía que nos recuerde o nos haga olvidar una situación y esa obsesión por hacer entrar a alguien en un top, como valorando su legado. 

 

Se antoja simplemente maravillosa en su género. Indispensable sobre todo para aquellos amantes de la música y de las comedias inteligentes. En resumen: nos muestra cómo las biografías van indiscutiblemente unidas a un soundtrack.

¡QUEREMOS VER PELIS!

¡QUEREMOS VER PELIS!

Seguimos con los estrenos. Hoy iniciamos una nueva sección, en la que estaremos comentando películas desde disntintos ángulos, no necesariamente visuales. Todos los viernes podrás encontrar aquí reseñas y críticas de cintas sin distinción de géneros que te darán una idea para la próxima vez que vayas al cine o al video club.

Qué mejor manera de echar a andar la sección que con una de nuestras películas favoritas de todos los tiempos: Alta fidelidad.

No se diga más y a leer el post.

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Clásicos del cine mexicano

Clásicos del cine mexicano

Por Omar May González

Hablar de clásicos es hablar de obras cumbres en distintas áreas artísticas o literarias que con el paso del tiempo, debido a su estética, temática, etc., permanecen en el recuerdo de las personas y se convierten, asimismo, en referencia obligada en pláticas o controversias. Así tenemos obras clásicas de la literatura, música, escultura, historia, etc.

En nuestro siglo XX, surgió al que se le ha dado por llamarse el séptimo arte: el cine. Y es que, efectivamente, a diferencia de otros adelantos del presente siglo como la televisión, la cinematografía conjuga como nadie las bellas artes como la literatura (argumento y guión cinematográfico), danza, música (ambientación), pintura (fotografía), escultura y arquitectura (escenografía), además de la visión artística del director, la imagen estética y la capacidad actoral de los personas que participan en su desarrollo, además de mostrar la cultura de las distintas sociedades del mundo, siendo éste último uno de los aspectos más valorados por los distintos críticos de este arte. 

En este número de Diálogos Postmodernos en que se ha tenido el buen tino de dedicar el presente número a Los Clásicos, he decidido centrarme en el tema de los clásicos del cine mexicano. Muy a menudo, en distintas revistas, bibliografía y programas de televisión se ha tocado el tema de los clásicos de la cinematografía mexicana, analizando principalmente las películas más sobresalientes, los actores más destacados y otros aspectos más.

En esta ocasión no haré un análisis profundo de las obras cinematográficas. Me puse a pensar cómo hacer este artículo sin parecer un erudito o caer en la pedantería de comportarme como un experto en el cine mexicano. He llegado a la conclusión de que la mejor manera de hacer efectivo este escrito es que el lector participe de ella. ¿Cómo se va a lograr esto? Pues me voy a dedicar a nombrar a las películas que en mi opinión merezcan estar -en los distintos rubros que he creado-, y el lector tomará nota de ello y le invito a que vea las películas y diga si coincide o no con lo que planteo. Demos inicio.

 

Los clásicos del cine mexicano:

-Los Olvidados. Obra cumbre del cine mexicano del director español Luis Buñuel en el que se muestra de forma cruda a las clases pobres (paupérrimas) del México de los 50’s, cuando el gobierno mexicano pretendía dar la imagen al mundo de una sociedad pujante. Además, esta película fue toda una creación en su época porque rompía con la visión idealizada de los pobres en películas sentimentales como Nosotros los pobres de Ismael Rodríguez.              

-Ahí está el detalle. Cinta que catapultó a la cima de la popularidad a Mario Moreno, Cantinflas. De humor irónico y de palabras entrecruzadas que incluso acuñó una nueva palabra en el idioma español: cantinflear. La escena del juicio a Cantinflas es simplemente inolvidable.

-Sexo, Pudor y Lágrimas. Gran comedia urbana y clasemediera. Historia bien distribuida en seis personajes perfectamente asumidos por los actores. Polémica y taquillera en su momento. Un clásico en la actualidad que refleja el modo de vida de las relaciones sentimentales de las parejas clasemedieras modernas.

-Y tu Mamá También. La mejor película de todos los tiempos para muchos. Para otros, un insulto a los oídos y a la vista. Esta cinta mexicana maneja un lenguaje irreverente y poco convencional. Como sea, nadie se quedó sin ver esta historia de dos jóvenes que en un viaje a una playa imaginaria ponen a prueba el verdadero valor de la amistad. Lanzamiento mundial de García Bernal y Diego Luna.

-La Perla. Cinta poco conocida de Emilio “el Indio” Fernández, pero que logra un retrato muy real de la vida indígena en el país, sin caer en las tonaditas chocantes. Llena de amor y belleza en su fotografía. Con un desenlace trágico, pero realista en cuanto a la situación de los indígenas y la opresión de la civilización.

 

Los rostros clásicos del cine mexicano:

-Dolores del Río. El rostro mexicano más bello y perdurable de todos los que han pasado en las pantallas mexicanas. ¿Quién puede negar que hasta su muerte conservó una belleza innegable? Clásica morena mestiza mexicana, a pesar de ser de rancio abolengo.

-Miroslava. Fría y lejana, pero sin duda el rostro más perfecto y bello que el cine mundial ha fotografiado. Eterno también, porque gracias a su suicidio no se pudo conocer el paso del tiempo en ella (y no me lo quiero imaginar). Es mejor recordarla así, eterna, simplemente poseedora de una rutilante belleza.

-Salma Hayek. Sé que habrá detractores respecto a ella, pero nadie puede negar que es el rostro mexicano más conocido en el medio artístico. Belleza morena, que sin embargo, no ha alcanzado la obra cumbre que la perpetúe como algo más que una cara bonita.

-María Félix. Aunque no es de mi agrado, no se puede negar que tuvo una belleza arrogante, que aunque a veces pasó a segundo plano por su personalidad, también engalanó el cine de México y Francia.

            -Elsa Aguirre. Indudablemente su capacidad histriónica es limitada. No lo discuto. Pero qué hubiese sido del cine si no hubiese conocido a Elsa Aguirre. Como muestra, sólo basta verla en la actualidad para corroborar que su belleza es perpetua.

 

Los galanes clásicos del cine mexicano:

            -Pedro Infante. El clásico charro parrandero, macho y jugador, pero que por extrañas magias del destino, siempre encantaba a las mujeres. Y este fenómeno se vive aún en la actualidad: muchas chicas todavía gritan por él.

            -Pedro Armendáriz. Era el galán de carácter, elegante, inteligente y de armas tomar. Sin embargo, son muy pocas los que recuerdan su personalidad, salvo la gente de su edad.

            -Mario Moreno “Cantinflas”. Él fue el antigalán. Siempre caracterizó a personajes chuscos, fodongos e ignorantes, pero con un gran corazón y sensibilidad, que mantenía enamoradas a sus parejas cinematográficas.

            -Mauricio Garcés. ‘Arroz’ fue su grito de batalla. Actor de personajes chuscos y hasta algo feminoides, pero que se convirtió con el paso de los años en la imagen del mujeriego citadino.

            -Demián Bichir. Él es el galán de la actualidad. Y aunque a muchos no nos agrade, sus continuas intervenciones –casi en todas las películas sale- lo hace referencia obligada entre los actores mexicanos.

 

Las actrices clásicas del cine mexicano:

            -Marga López. Los mexicanos tenemos el síndrome de Marga López en la sangre porque nos gusta sufrir y hacer drama, como dijo Germán Dehesa alguna vez. Nadie puede negar sin embargo su capacidad histriónica sin igual. Si tienen alguna duda vean Salón México, La tercera palabra, Hasta el viento tiene miedo, Soledad o Los tres García.

            -María Rojo. Excelente actriz de hoy en día. Intérprete de todo tipo de papeles que ha llamado la atención del mundo, al grado de que el mismo Almodóvar quiso trabajar con ella. Incluso Hollywood le rinde homenajes. Sus obras: Rojo Amanecer, Danzón y El Callejón de los Milagros.

-Stella Inda. Actriz prácticamente desconocida por las nuevas generaciones. Poseedora de una belleza muy indígena que alcanzó niveles interpretativos altísimos en las escasas películas que participó: Los Olvidados y El rebozo de Soledad.

 

Los actores clásicos del cine mexicano.

-Ignacio López Tarso. Inclasificable personaje cinematográfico, que casi nunca obtuvo personajes estelares. Sin embargo, era marco imprescindible para estrellas del momento. Gran actor, que igualmente trasciende en la pantalla chica. Lo podemos ver en Macario, El hombre de papel, La vida inútil de Pito Pérez, etc.

-Arturo de Córdova. Actor que interpretó papeles complejos, caóticos y algo paranoicos. Sin embargo su tono de voz y acento argentino marcó un hito en la historia del cine nacional. ‘No tiene la menor importancia’ es su frase célebre. Sus obras: Él, Cuando levanta la niebla, El rebozo de Soledad, El hombre que llegó a ser invisible, Despedida de soltera, etc.

-Pedro Armendáriz. Este sí logró ser más que un galán de chicas. Cumplió cabalmente su profesión de actor, al grado de trascender fronteras y hacerse fuerte en el cine norteamericano y europeo. Se puede apreciar su calidad en La Perla, Distinto Amanecer, Los hermanos Hierro, El Rebozo de Soledad, Enamorada, etc.

 

Los directores clásicos del cine mexicano:

            -Emilio Fernández. Él logró retratar la vistosidad de la sociedad indígena y rural de México. Criticado por el oficialismo patente en sus obras, no se niega la capacidad de haber armado un equipo extraordinario con el fotógrafo Gabriel Figueroa y los actores Pedro Armendáriz, Dolores del Río y María Félix. Algunas de sus creaciones son: Enamorada, La Perla, María Candelaria, Las abandonadas, Bugambilia, Flor Silvestre, La Malquerida, etc.

            -Luis Buñuel. Español que en México alcanzó el cenit de su creación cinematográfica. Surrealista hasta las cachas, tuvo el tino de hacer películas oníricas, confusas y sexualmente entremezcladas con la tragedia y el drama. Con Silvia Pinal logró sus mejores obras. Ejemplos de su mundo cinematográfico: Viridiana, El Ángel Exterminador, Los Olvidados, Ensayo de un Crimen, Él, Nazarín, etc.

            -Roberto Gavaldón. Fue un director que logró retratar en forma real la vida citadina de los mexicanos. Trabajó con grandes estrellas, y aunque no se le recuerde tan fervientemente como a los anteriores, podemos comprobar su calidad en películas como: La otra, En la palma de tu mano, El rebozo de Soledad, La Diosa Arrodillada, Macario, El Gallo de Oro, etc.

 

Los fiascos del cine mexicano:

            -Lola La Trailera. Por favor, quién puede creer que Rosa Gloria Chagoyán se podría convertir en una heroína al estilo Bruce Willis. Ni hablar.

            -El Crimen del Padre Amaro. El hecho de haber sido nominada al Oscar, no impide decir que sea un churro. Con toda esa campaña de censura por tocar temas antirreligiosos (ya pasados de moda, por cierto), hizo que tuviera un récord de taquilla. Sin embargo, la decepción llegaba al momento de ver la película. ¡Qué flojera da tan sólo escribir de ella!

            -Sin ton ni Sonia. Sólo por mencionar una de las nuevas producciones de la actualidad. De esos directores que pretenden hacer experimentos intelectuales con los impuestos de los mexicanos, sin ponerse a pensar que el cine es una industria y que hay que hacerla crecer, no plasmar sus fumadas mentales.

 

Los clásicos del cine político mexicano.

            -Distinto Amanecer. Cine político por excelencia, lleno de tramas sindicalistas y gubernamentales, cuyo trasfondo es el amor de los protagonistas: una fichera interpretada por Andrea Palma y el reportero por Pedro Armendáriz. Primer y raro intento de cine politico durante la Época de Oro del cine en México. Recomendable en extremo.

            -Rojo Amanecer. Cinta que inaugura el tan mentado Nuevo Cine Mexicano. Enlatado durante un buen tiempo y con bajo presupuesto, retrata crudamente y sin tapujos la represión estudiantil en el 68 y reivindicó a los creadores mexicanos que durante años no acertaban ni una.

            -La Ley de Herodes. Cuenta la historia de un presidente municipal en una región perdida del país que, abanderado por la Constitución de México y el PRI, pretende instaurar la legalidad. No obstante, al enfrentarse a la corrupción, a los malos manejos administrativos y a la realidad dictatorial del PRI, le entra al juego y se convierte en uno más del juego político mexicano.

            -Canoa. Cinta que cuenta la historia de un grupo de estudiantes que viajan a Puebla y en una población donde pasan la noche, sufren un linchamiento a manos de los habitantes de la comunidad. Historia regular que sólo tiene el mérito de ser como una especie de documental que nos enfrenta al fanatismo religioso que aún se vive en ciertas partes del país.

 

Creo que con las cintas antes mencionadas, el lector se  puede dar una idea de lo que la producción cinematográfica del país ha logrado. Es cierto que no hay muchas cintas que deben estar, pero bueno, la intención es entretener y no aburrir con una larga lista.

Estoy seguro que los creadores de cine en el país seguirán trabajando y darán mucho de que hablar. Por el momento, es todo.

(Omar May González)