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DIÁLOGOS POSTMODERNOS

Detrás del disfraz (2/3)

Detrás del disfraz (2/3)

Crisis política en México

Los últimos cinco sexenios de la era priísta, que estuvieron caracterizados por la supremacía del presidente de México emanado del Partido Revolucionario Institucional (PRI), organización partidista que debía parte de su fuerza a la composición de los sectores obrero, campesino y popular controlados por el primer mandatario, fue una época agitada en la vida política y social del país, las controversiales decisiones de las autoridad presidencial en materia económica había provocado una profunda crisis financiera que repercutió en la situación material de los mexicanos. Los profundos desbarajustes económicos deterioraron el nivel de bienestar de miles de habitantes. De medidas populistas enfocadas a estatizar las empresas (Echeverría Álvarez, López Portillo) se transitó a un orden de apertura exterior (De la Madrid, Salinas de Gortari, Zedillo Ponce de León).

            En el sentido político, el esquema de partido único comenzaba ha deteriorarse. Otras alternativas partidistas saltaban en la arena electoral convirtiéndose en la voz cantante de los reclamos democráticos del pueblo mexicano. Sin ganar aun posiciones de elección popular importantes, progresivamente el Partido Acción Nacional (PAN) y las todavía débiles agrupaciones de izquierda exigían cambios en la vida pública de México y progresivamente fueron escalando peldaños en el espectro político, sabiendo capitalizar muy bien el hartazgo social contra el régimen.

            Sin embargo, de los últimos sexenios priístas, uno de los más recordado fue el de Carlos Salinas de Gortari (1988-1994). Este presidente, encasillado dentro de los llamados "tecnócratas", es decir, un presidente con formación económica y con políticas dirigidas a favorecer el mercado, se vio envuelto en el escándalo desde su ascenso al poder. En 1988 ganó las elecciones presidenciales en medio de un sentimiento generalizado de malestar de la población, en lo que la oposición consideró un grave fraude electoral. Desde ese momento su gobierno ya llevaba la marca de la ilegitimidad, pero su astucia política cambió el escenario, aplicando programas sociales destinados a ganarse la confianza de los mexicanos. El programa Solidaridad contó con una enérgica promoción incial en las zonas marginadas del país para combatir la pobreza, con esta medida se logró construir escuelas, mejorar los caminos, rehabilitar y construir hospitales, etc.

            Desde el inicio del sexenio Salinas de Gortari mostró firmeza al ordenar el arresto del máximo líder petrolero Joaquín Hernández Galicia, "La Quina", con esta acción el Gobierno tomó las riendas del sindicato petrolero, que se oponía a las políticas privatizadoras, además de que fue acusado de apoyar a los adversarios políticos del presidente durante las elecciones de 1988. Hernández Galicia fue conducido a prisión junto con sus colaboradores más cercanos por posesión ilegal de armas.

            Sus reformas fueron aclamadas internacionalmente, sin embargo, hacia el final de su gobierno la debacle hizo estragos en México. Las políticas públicas impulsadas en su administración no estuvieron exentas de la dura crítica de los opositores. Si bien había logrado firmar el Tratado de Libre Comercio con dos potencias mundiales (Estados Unidos y Canadá), los sectores nacionalistas cuestionaron fuertemente la privatización de varias empresas importantes, entre ellas Teléfonos de México (Telmex) y la Banca, con lo que redujo la participación del Estado en la economía mexicana. La modificación al artículo 21 constitucional con la cual se daba por concluido el reparto agrario fue otra medida que despertó la censura de sus detractores. También el "Pacto" fue una decisión controvertida, dirigido al entendimiento entre el Gobierno, los empresarios y los trabajadores, no obstante, reducía a los obreros al docilismo hacia sus líderes y mantenía bajo sus ingresos.

            En la administración salinista empezó la reconciliación del Estado con la Iglesia. Elecciones estatales marcadas con el sello del fantasma electoral empañaron la marcha de un verdadero desarrollo democrático y, por ende, la ruptura con las fuerzas opositoras, pese a todo esto, lo que ensombreció aún más el gobierno de Salinas de Gortari fue la sangre derramada a causa de la violencia que ensañó territorio mexicano. El estallido de la rebelión en Chiapas en 1994 -Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN)-, así como el asesinato del candidato oficial Luis Donaldo Colosio en marzo de ese mismo año no hicieron más que enrarecer la atmósfera. En Chiapas un ejército integrado por indígenas declaró la guerra al Estado y pedía la renuncia del presidente. Luego de tomar algunos municipios el Ejército mexicano logró que el EZLN se replegara hacia la selva. Finalmente el Gobierno y el EZLN iniciaron las negociaciones para la paz.

            El otro suceso que cimbró la consciencia de México fue el crimen contra Colosio Murrieta. En plena campaña hacia la Presidencia fue objeto de varios disparos que acabó con su vida. El crimen jamás se logró esclarecer, lo cierto es que muchos no descartaron la participación del Estado en el atentado, pues las diferencias entre el presidente y el candidato habían aumentado considerablemente. Por si no fuera suficiente, semanas antes de concluir el sexenio el secretario general del PRI, José Francisco Ruiz Massieu murió asesinado, el autor intelectual fue atrapado pero no dejó satisfecho a la mayoría.

            En 1994 asumió la Presidencia de la República Ernesto Zedillo Ponce de León, quien sustituyó a Colosio Murrieta en la candidatura priísta. Lejos de disminuir el sentimiento de agravio de los mexicanos hacia el ex presidente Salinas de Gortari, la reacción de condena a éste creció, pues heredó a su sucesor una de las peores crisis económicas de la historia de México, conocido como el "Error de Diciembre" de 1994. Ernesto Zedillo tenía la misma formación economíca de su antecesor, impregnó una dinámica semejante en la conducción del país sin embargo hacia el final de su sexenio la economía mexicana se encontraba en relativa calma.

            En esta administración algunas culpas se comenzaron a pagar, la más importante fue el arresto de Raul Salinas de Gortari, hermano del ex presidente, acusado de participar en el crimen contra Ruiz Massieu. Derivado de este escándalo desaparició un legislador federal, quien también fuera señalado de intervenir en el crimen. Después se halló una osamenta en la finca "El Encanto", cuyas características fisicas coincidían, según las autoridades, con el desaparecido legislador. Lo risible del asunto fue que una vidente llamada Francisca Zetina "La Paca" proporcionó los detalles para localizar los restos. La ridiculización hacia los encargados de las pesquisas no tardó en llegar y estuvo fuertemente sometido al juicio crítico de la ciudadanía. 

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